Juan 11: 25-27 dice: Les dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mi, aunque este muerto vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mi, no morirá eternamente. ¿Crees esto? Le dijo: Sí, Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al mundo.
Uno de nuestros himnos dice: ¡OH DIA DE GRAN GOZO! ¡HA RESUCITADO! ¡JESÚS HA RESUCITADO! ¡ALELUYA!
Nuestro salvador Jesús, quien murió y fue colocado en una tumba un viernes, ya no esta muerto. Su muerte era real, pero ahora se ha resucitado de entre los muertos. Está vivo. Jesús no solo se ha resucitado, sino que se llama a sí mismo la resurrección y la vida. La palabra resurrección aquí significa "volver a la vida cuando había estado muerto".
Las palabras de la lectura de hoy fueron habladas por Jesús a una de sus seguidoras llamada Marta. De las palabras de Jesús a Marta, nosotros y todos los creyentes recibimos una promesa consoladora. Jesús ha prometido que sus seguidores, todos los creyentes, recibirían la vida eterna en el cielo. Tendremos la vida eterna en el cielo porque nuestros pecados son perdonados. Jesús nos salvo. La salvación que él ganó es completa y total. Y el Espíritu Santo, en su misericordia, nos ha traído a la fe en Jesús, nuestro salvador resucitado.
Jesús dijo a Marta, y a nosotros, que un creyente vivirá aunque llegue a la muerte. Sí, cada uno de nosotros tendremos que morir. Pero la muerte de nuestros cuerpos no es como la muerte eterna en el infierno. Todos los incrédulos tendrán una muerte eterna en el infierno. Eso significa que serán separados de Dios para siempre y que no tendrán ninguna esperanza en el cielo. Allá en el infierno, recibirán un castigo eterno por su incredulidad porque en su incredulidad rehusaron el amor perdonador de Dios. Pero todos los creyentes tendrán la vida eterna en el cielo. Sus pecados no serán contados contra ellos.
¿Cómo podemos estar seguros de ese perdón de pecados? ¿Cómo podemos estar seguros que el sufrimiento y la muerte de Jesús en verdad pagaron el precio por nuestros pecados? ¿Cómo sabemos que en verdad Dios nos dará la vida eterna en el cielo? Podemos estar seguros que el sufrimiento y la muerte de Jesús han ganado para nosotros el perdón de los pecados porque mientras estaba en la cruz, Jesús dijo: "Consumado es". Podemos estar seguros que él ganó la salvación eterna por nosotros puesto que se levanto de entre los muertos. Por su resurrección Jesús probó su poder sobre la muerte. De la misma manera como Jesús se resucito, así también nosotros resucitaremos de la muerte para vivir eternamente en el cielo.
Jesús pregunto a Marta si ella creía en la resurrección y la vida terna para los creyentes. Ella dio una respuesta maravillosa y hermosa a esa pregunta. Ella creía en la resurrección de todos los creyentes porque ella sabia que Jesús es el salvador prometido, el Cristo. Nosotros creemos esto también por lo tanto, tenemos las palabras y las promesas de Dios, o sea, el perdón de pecados, la vida y la salvación.
Alabanzas sean a ti, nuestro salvador Dios. Alabanza eterna sea a ti, nuestra resurrección y nuestra vida. Amen.
Reverendo Presbítero
Carlos Mario Marín Ortiz.